Cómo hacer pilates para los glúteos

Los ejercicios de Pilates permiten aumentar la fuerza, tonificación y firmeza de los músculos del cuerpo, atributos que le vienen muy bien a los glúteos para lucir una silueta esbelta. Cuando no hacemos nada por ejercitar los glúteos, estos comienzan a ser víctimas de la gravedad. La buena noticia es que esta parte del cuerpo responde muy bien a los ejercicios y, por lo tanto, cualquier esfuerzo que hagamos para mejorarla nos permitirá obtener resultados notorios.
Si deseas presumir unos glúteos envidiables, te invitamos a practicar estos ejercicios de Pilates para tonificar los glúteos y tener el trasero de tus sueños.
Pilates para los glúteos
Sentadillas: las sentadillas son el ejercicio por excelencia para tener unos glúteos de infarto, por esta razón muchas disciplinas la contemplan en su práctica. Para hacerlas deberás pararte con la espalda recta enfrente de un espejo. Separa las piernas hasta que tus pies estén al nivel de tus hombros. En dicha posición, y con los brazos estirados hacia el frente, comienza a flexionar tus rodillas y baja tus caderas y muslos hasta que estén paralelos al suelo, sin despegar los talones. Un truco para hacer sentadillas es repetir varias veces el movimiento que el cuerpo ejerce para sentarse en un banco pequeño. Mientras más bajes, mejor será el resultado.
Elevación de pelvis: además de ofrecerte trabajar los glúteos, te ayudará a definir la parte trasera de los muslos, que muy bien luce definida. Par hacer la elevación de pelvis, acuéstate boca arriba sobre una colchoneta, flexiona las rodillas y sepáralas al nivel de tus caderas. En dicha postura, comienza a elevar tu pelvis arqueando tu espalda hasta formar un puente al tiempo que contraes tus glúteos y piernas con mucho esfuerzo. Sostén la postura durante algunos segundos, luego baja sin tocar la colchoneta y repite 50 veces.
Zancadas: párate con la espalda recta y separa tus rodillas hasta alinearlas con tus caderas. En dicha posición, da un paso hacia adelante flexionando la rodilla, manteniéndola más atrás que tu talón. La pierna que quedó atrás debe estar flexionada, con la rodilla o más cerca del suelo que puedas. Repite varias veces este movimiento caminando por un salón o espacio vacío. Un truco para hacer zancadas es imaginar que eres una persona gigante que camina realizando grandes pisadas. Lo ideal es hacer 4 series de 15 repeticiones.